Las muelas del juicio o cordales son los últimos dientes en erupcionar, apareciendo normalmente en el período entre los 15 y 30 años.
Dependiendo de su posición, los cordales se clasifican en:
- Cordales mesio-angulados (tienen una inclinación hacia adelante)
- Disto-angulados (con inclinación hacia atrás)
- Verticales
- Horizontales
También pueden clasificarse por su grado de erupción en:
CORDALES NO ERUPCIONADOS es el diente que no ha perforado la mucosa oral y no se observa clínicamente en la cavidad oral, es decir, cuando no hay muelas del juicio.
CORDALES ERUPCIONADOS (cuando han salido totalmente) la corona está completamente fuera de la encía y la raíz se ubica en el hueso.
Las posibles complicaciones con los cordales erupcionados se dan cuando no hay espacio suficiente y las muelas erupcionan en una posición muy posterior, causando que nos mordamos la encía al masticar, o que sea muy difícil realizar la higiene de estas piezas.
CORDALES SEMI-ERUPCIONADOS (han salido parcialmente) En estos casos lo más común es que quede un espacio entre la corona y la encía, en donde se cuelan restos de comida que pueden provocar infecciones.
Dichas infecciones afectan a la encía que rodea la muela, causando inflamación y dolor; y si no se trata a tiempo, la infección puede extenderse al hueso, con consecuencias mucho más graves.


CORDALES INCLUIDOS (el diente que permanece totalmente dentro del hueso) La inclusión del diente puede ser: ectópica (si el diente se encuentra en una posición anómala pero cerca de su lugar) o heterópica (si se encuentra en una posición anómala y alejada de su sitio). El término “cordales incluidos” engloba también la retención y la impactación.
o Un diente impactado hace referencia a que el diente está parcialmente o totalmente no erupcionado y colocado contra un obstáculo (otro diente, el hueso, tejido blando o un tumor) que imposibilita su erupción normal.
Un diente retenido es la detención parcial o total de la erupción fisiológica del diente.

Los cordales incluidos y son una aflicción muy común entre la población, que a menudo pasa desapercibida porque en muchos casos no presentan dolor ni causan ningún problema, sin embargo, los cordales incluidos pueden provocar diversos problemas, como:
- Malposiciones dentarias: desplazamiento de las piezas dentarias debida a la presión que ejercen los cordales al intentar erupcionar. Es muy importante extraer los cordales antes de que se produzca, para evitar tener que recurrir a un tratamiento de ortodoncia.

- Rizolisis: Los cordales ejercen presión sobre las muelas vecinas, afectando la raíz o la corona de éstas y llegando a provocar su pérdida.

- Quistes: Los cordales incluidos quedan atrapados en un saco folicular, que puede llenarse de líquido, aumentando la presión y provocando quistes o hasta tumores (en casos extremos)

Independientemente de la tipología de muela del juicio o cordal, la recomendación de cualquier cirujano maxilofacial es la extirpación, ya que una extracción temprana de la muela del juicio evita complicaciones graves como las de dañar los dientes vecinos o los nervios faciales.